- La tasa de sobrevida perioperatoria de los pacientes trasplantados en INCOR es de 96%. Actualmente 8 pacientes en estudios esperan recibir un trasplante de corazón.
Sentía cansancio, le faltaba el aire y hacía meses que no podía llevar una vida normal. A sus cortos 38 años, Irka Arica había sido prácticamente desahuciada, pues la insuficiencia cardíaca que padecía desde niña había llegado a una fase terminal. Un milagro llamado “donación” llegó su vida cuando su cuerpo ya no le respondía y tras un impecable procedimiento de trasplante gracias a los ángeles del INCOR, Irka al fin volverá a casa con un corazón nuevo latiendo por la vida.
“La Dra. Rojas entró contenta y me dijo ¡Irka Irka llego tu corazón!, yo estaba adolorida por la misma asistencia lo único que hice fue abrir mi ojo y decirle “¿de verdad?” y me volví a dormir. Fue la sensación más bonita que tuve, porque sentí que estaba soñando… podría decir que volví a nacer ese 11 de junio”, recuerda aún emocionada esta madre de familia.
Irka padecía una miocardiopatía congénita, una enfermedad que dilata las cavidades del corazón, impidiendo bombear sangre adecuadamente al resto del cuerpo. En un inicio llevo su tratamiento en el Hospital Rebagliati y luego fue referida al Instituto Nacional Cardiovascular, donde los médicos le explicaron que la única solución a la enfermedad era un trasplante cardíaco.
El Dr. Franz Soplopuco, Coordinador Quirúrgico de Trasplante Cardíaco del INCOR, explicó que Irka entró en una fase muy crítica donde tuvo que ser tratada con tecnologías de soporte mecánico y asistencia ventricular. “Después de eso lo único que podía salvarle la vida era un trasplante y gracias a que se dio la donación en un momento oportuno la señora Irka pudo salir airosa de la enfermedad”, señaló el especialista del INCOR.
El 10 de junio, para felicidad de Irka y de sus médicos tratantes, apareció un donante. En Piura, una familia tomó la noble decisión de autorizar la donación de órganos de su ser querido, un hombre de 52 años, quien falleció en un accidente de carretera. Gracias al apoyo de las Fuerzas Armadas se trasladó el corazón inmediatamente a Lima para hacer la cirugía en el Instituto Nacional Cardiovascular de EsSalud.
La operación fue exitosa y después de más de tres meses, Irka regresa a casa con un corazón nuevo y muchas ganas de continuar su vida junto a su esposo y sus dos hijos. Al salir de alta, agradeció emocionada al personal que la atendió y estuvo pendiente de su recuperación. «Me siento muy feliz, he pasado momentos tan difíciles, pero realmente estoy bendecida. Las enfermeras, doctores, fisioterapeutas me han cuidado para que yo esté bien y esté viva».
Irka, durante el tiempo que estuvo internada en el INCOR, comenzó a escribir un diario personal contando sus experiencias y reflexiones sobre de la solidaridad. «Hice un blog para concientizar a las personas, quería que sepan lo importante que es donar sangre, plaquetas u órganos. El donante y la familia que aceptó, salvaron la vida de 7 personas, incluyéndome a mí».
La pandemia ha generado a una escasez de donantes a nivel mundial, por ello, desde el Instituto Nacional Cardiovascular, se pide a la población tener conciencia y dar oportunidad de vida a otras personas.
En lo que va del 2021, el Instituto Nacional Cardiovascular ha realizado ya tres trasplantes cardíacos y, en líneas generales de trabajo, tiene las tasas de sobrevida y calidad de vida de trasplantados al nivel de los mejores centros internacionales.
El INCOR ha realizado en total 89 trasplantes de pacientes adultos, logrando 96 % de tasa de sobrevida perioperatoria. Actualmente, ocho pacientes en estudios esperan recibir un corazón y cuando los donantes lleguen, este centro de EsSalud estará apto para dar otra oportunidad de vida a más peruano.